Vadocondes recibe a 450 escolares de la provincia de Burgos

Redacción
Se trata del alumnado de infantil y primaria de nueve centros escolares, que durante el curso han estado trabajando con un especialista para acercarse al proceso de creación, restauración, funcionamiento y sonido de un órgano histórico. La visita tendrá lugar mañana viernes, 17 de octubre, y es una de las múltiples actividades incluidas en el programa Ars Vadocondes, que el Arzobispado de Burgos y la junta parroquial de la localidad han puesto en marcha, en colaboración con la Junta de Castilla y León, para dinamizar y difundir la reciente restauración del órgano parroquial.
La acción podría parecer sencilla, pero no lo es tanto, si se piensa que el censo de Vadocondes no llega a los 400 habitantes. Así pues, las calles de esta pequeña localidad burgalesa cercana a Aranda de Duero, se llenarán este viernes, 17 de octubre, con la visita de estos 450 chavales que llegarán en nueve autobuses. No vienen solos, sino acompañados por sus profesores y con un objetivo muy concreto: poner el broche de oro a la actividad que durante todo el curso han estado realizando en sus respectivos centros educativos, que les ha permitido acercarse al proceso de creación, sonido y funcionamiento de un órgano histórico.
En concreto, han podido conocer mejor el instrumento musical, construido a finales del siglo XIX por el organero José Ruíz y, que, desde entonces, permanece en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en Vadocondes. Hoy, 200 años después de su creación, vuelve a sonar con fuerza y está revitalizando este rincón de la ribera burgalesa.
Valorar y conservar
Para entender el porqué, hay que mencionar un nombre, Jean Pierre Galliard, un párroco de origen francés que supo sembrar en feligreses y vecinos una conciencia patrimonial, que ha seguido alimentándose hasta hoy. Convencido de que solo se valora aquello que se conoce, Galliard les enseñó a mirar con otros ojos su pueblo, para escuchar y entender su historia. Puso también la semilla para que se crease una junta parroquial que ha sabido mantener vivo su legado, aun viviendo a kilómetros de distancia.
“Jean Pièrre nos enseñó a apreciar lo que tenemos y a mostrarlo. De ahí partió este camino de restauraciones, unido a una mayor afluencia de visitas, todo con el fin común de mejorar la vida en el pueblo”, explica Mariano Giménez, quién a sus 72 años, ejerce de sacristán en Vadocondes y aprendiz de organista. Algo que ha vivido muy de cerca. “Mi suegro”, cuenta como quien narra un cuento, “fue el último sacristán que tocó el órgano, tanto él, como su bisabuelo tocaban de oído e intentaron enseñar a mis hijos”. Tenían aptitudes, pero no vocación como él, así que, cuando fueron adultos dejaron aparcado el teclado. El órgano quedó así, silenciado, sin nadie capaz de hacerlo sonar, durante casi siete décadas.
Las enseñanzas del párroco francés lograron aunar conciencias hasta implicar a todo el pueblo para sacar adelante varias campañas de micromecenazgo. La más reciente con Hispania Nostra. Gota a gota, paso a paso, han logrado restaurar cuatro retablos, 15 tallas, las pinturas murales del ábside de la iglesia y, cómo no, su órgano histórico.
Compartir, difundir
A las campañas de mecenazgo han sumado apoyos institucionales como el del Arzobispado de Burgos y la Junta de Castilla y León, con los que han lanzado “Ars Vadocondes”. Un ambicioso proyecto cultural que gira en torno a su patrimonio restaurado y pone el foco en su órgano. Cuentan para desarrollarlo con la experiencia del equipo de la Fundación Santa María la Real. De la unión de todas estas fuerzas ha surgido un programa educativo que ha llevado el órgano a los escolares de la comarca. Otras 15 personas, entre ellas, el sacristán, Mariano, han aprendido a tocarlo durante el “Aula de Verano” y continúan su proceso de aprendizaje este invierno. Por si esto fuera poco, han programado un completo ciclo de conciertos que se prolongará hasta marzo de 2026 y en el que están participando organistas de reconocido prestigio como Francis Chapelet, Jesús Gonzalo López o Ana Aguado.
“La restauración del órgano es la prueba de que cuando un grupo de gente se une puede llegar a hacer lo que se proponga”, afirma Miguel Ríos, representante de Ars Vadocondes. El nuevo reto de los vecinos e instituciones es que el proyecto no termine cuando suene la última nota, sino que se transforme en una Fundación, que siga luchando para llenar de vida un pueblo, a través de su patrimonio cultural.